La forma más estúpida y cobarde de ir por la vida es evitando todos los problemas y el dolor. Durante la pandemia se hizo un intento patético de evitar el virus por siempre (Incluso cuando se acabó el tema de las olas). Gente poniéndose guantes, mascarillas, intentando no salir más a la calle, lavándose las manos compulsivamente con alcohol y mil cosas más. Al final se contagiaron igual que cualquiera.
Veo esa misma actitud en todos lados. Gente aterrada de hacer deportes o ejercicios con intensidad y esfuerzo por posibles lesiones. Padres que no dejan que sus hijos se arriesguen al mínimo rasguño. Profesionales obsesionados por no cometer errores aunque eso signifique no tomar decisiones.
El resultado es el mismo. El golpe igual llega y cuando sucede los cobardes son tan débiles que no pueden soportarlo. Si intentas evitar todos los riesgos en la vida irás por ella débil, deprimido y lleno de ansiedad. Tu intento de evitar el riesgo hará que la cosa más minúscula te parezca peligrosa.
La alternativa es aceptar que los golpes llegarán y prepararte para recibirlos. Esto no significa buscar problemas activamente, significa tomar riesgos razonables y soportar dolor de vez en cuando.
A veces tenemos que sufrir
Imagina que te doblas un poco el tobillo. Muchos piensan que la decisión responsable y razonable es ir inmediatamente al doctor. En nuestro sistema sanitario moderno donde se tratan síntomas en vez de causas el doctor probablemente inmovilizará tu tobillo, te dirá que apliques hielo y finalmente te recetará pastillas para la inflamación y el dolor. En la mayoría de los casos esto es un error.
Tu cuerpo se inflama para reducir la movilidad de tu tobillo y concentrar sangre reparadora en la zona. El dolor te ayuda a evitar ciertos movimientos perjudiciales para la lesión. Si los desinflamas y evitas el dolor estás impidiendo que se cure correctamente. Si lo inmovilizas tal vez te cures, pero debilitarás tu cuerpo en exceso y tendrás más riesgo de lesiones futuras.
Si la lesión es leve lo mejor es dejar que tu cuerpo y los millones de años de evolución que lo hicieron hagan su trabajo. Existen casos donde necesitas intervención médica en una lesión, solo que no en todos. No reacciones exageradamente, no confundas evitar el dolor en corto plazo con salud en el largo.
Otro caso donde la gente actúa muy rápido para evitar el sufrimiento es cuando tienen fiebre. La fiebre es un método que utiliza tu cuerpo para frenar y destruir infecciones. Se siente mal cuando la padeces, pero te ayudará a recuperarte más rápido y mejor. No tomes pastillas para detenerla apenas sube medio grado. Si, la fiebre puede volverse peligrosa en casos extremos, pero no lo es en la mayoría. Solo presta atención a tu temperatura y soporta lo que tengas que sufrir. Al final te curarás más rápido y mejor.
Antifragilidad
Soportar el dolor y los golpes no solo te ayuda a salir de los problemas más rápido y menos dañado. También puede volverte más fuerte para enfrentar otras problemas en el futuro.
Existe un concepto olvidado llamado antifragilidad que explica cómo nos fortalecemos mediante el dolor y el caos.
Lo contrario a algo frágil no es algo robusto. La fragilidad puede ser definida como algo que se rompe o deja de funcionar al recibir un estímulo externo negativo o inesperado. Algo robusto es algo que soporta estos estímulos sin romperse. Y la antifragilidad es algo que se vuelve más fuerte o empieza a funcionar mejor después de recibir estos estímulos. Si observamos las reacciones de las cosas a los estímulos negativos conseguimos una escala como la siguiente:
En un extremo tenemos lo que se rompe, en medio lo que no reacciona y en el otro extremo lo que mejora. La escala de la fragilidad existe en muchos ámbitos. En las finanzas, por ejemplo, las deudas te hacen frágil. Si posees deudas y hay una crisis económica que te hace perder tu trabajo no solo tendrás problemas para cubrir tu costo de vida, también tendrás que pagar las cuotas. En el mismo caso de una crisis tener inversiones te hace robusto. Las inversiones pueden venderse para sobrevivir. Perderás mucho dinero porque las venderás barato, pero es menos peligroso que estar endeudado. En el caso de que la crisis llegara y tuvieras ahorros en efectivo serías antifrágil. No solo podrías sobrevivir con tus ahorros, podrías empezar a invertir cuando todo está más barato. Al final de la crisis terminarías mejor que antes de ella.
La antifragilidad nos proporciona ventajas en periodos de caos, pero ser antifrágil tiene un costo. Normalmente para ser antifrágil debes pagar un precio durante los periodos de estabilidad, en el caso financiero la inflación que reduce tus ahorros en efectivo. No es necesariamente mejor ser antifrágil que robusto, cada uno tiene sus pros y sus contras. Solo importa que evites ser frágil. Otra característica de la antifragilidad es que suele tener un límite. Si el caos es demasiado grande algo que es antifrágil se termina rompiendo, esto también en cierto para las cosas robustas.
Nuestros músculos son antifrágiles. Si los usamos y los dañamos un poco se recuperarán más fuertes y grandes que antes, pero si los dañamos demasiado se lesionarán, no podremos utilizarlos y terminarán más débiles. Debes conocer los límites de la antifragilidad.
Como puedes ver evitar peligros pequeños te vuelve frágil y enfrentarlos te fortalece. Por eso no debes evitar todo, es imposible, te volverás tan débil que cualquier cosa te dañará.
Nuestro sistema inmunológico es antifrágil, si estas desinfectándote todo el tiempo lo debilitarás. El Sol puede quemar tu piel, pero si te expones a el de a pocos te iras bronceando, no sufrirás daños permanentes y disfrutarás de las ventajas para la salud que el Sol ofrece. No todo el dolor y riesgo es malo, comete errores y soporta los golpes que te permitan volver a intentarlo mañana. Respeta los límites de la antifragilidad y te volverás más fuerte.
RETO
El reto de esta semana es que sufras un poco. Invita a salir a esa chica que probablemente te dirá que no, ten una sesión de ejercicio que no te permita entrenar de nuevo mañana, di esa verdad incómoda al mundo y deja que te insulten.
Experimenta algo de dolor y luego solo espera y mira como desaparece. Así te darás cuenta de que no eres de cristal y te volverás un poco más fuerte.
Muy bueno!
Es como dices, tenemos que ponernos retos que salga de nuestra zona de confort habitualmente.
Así es como verdaderamente creceremos.